¿Por qué se debe aplicar la renta mínima universal?

Con motivo del intenso período electoral que acabamos de vivir, numerosos partidos de la izquierda española se han llenado la boca con promesas de renta mínima para personas y familias en riesgo de exclusión social. 

Queda por ver cómo acabará el período de negociación y de pactos antes de empezar a observar con atención qué políticas se cumplen y cuáles no, pero naturalmente todas esas personas realmente necesitadas de disponer de un acceso económico a derechos tan básicos como la vivienda no van a olvidar esas promesas.

En lo que respecta a la derecha o al engañoso centro político, suelen ser opositores firmes, como no podía ser de otra manera, de la renta mínima. 

Según numerosos cargos electos y no tan electos, no hay dinero suficiente en las arcas públicas para ofrecer a las familias en riesgo de pobreza una subvención mínima de 600 € para sus gastos de vivienda, facturas y comidas, pues no todas pueden permitirse emplear la ayuda de créditos rápidos de WannaCash.es. Vamos a ahorrarnos el análisis crítico sobre aquellas cosas acuciantes para las cuales al parecer siempre hay dinero. 

La realidad es que para una renta básica universal también lo hay, y disponer de él sin riesgos solo implica reorganizar los gastos presupuestarios.

Las ventajas de una renta mínima son tantas que enumerarlas todas sería imposible. Al menos desde la única perspectiva que importa, que es la social. 

Porque eliminar la pobreza y reducir la brecha económica entre ricos y pobres debería ser siempre una prioridad para los políticos del estado español que han prometido hacerse cargo de ello, al menos por respeto a sus votantes. 

De todos modos, veamos esas ventajas: un acceso garantizado por el estado a un hogar y a derechos universales esenciales, como la alimentación; una reducción de la pobreza infantil; un impulso para todos aquellos jóvenes sin recursos que necesitan emanciparse y empezar a construir su futuro; y, en general, un desahogo para cientos de miles de españoles, que no tienen por qué depender solo de la ayuda de prestamistas. La renta mínima es un imperativo y debe aplicarse ya.