El estado de la transformación digital en España
El crecimiento de la automatización, de las nuevas tecnologías de la información y la telecomunicación, de internet y de la plataforma digital avanza a un ritmo vertiginoso. Tan vertiginoso que, aunque ha transcurrido en realidad poco tiempo desde el nacimiento de la plataforma virtual doméstica, que empezó a asentarse a finales de los años noventa del siglo pasado, han ocurrido tantas cosas, y ha evolucionado a un ritmo tan frenético, que en ocasiones nos parece que ha transcurrido mucho más tiempo.
Pero entre la aparición del internet más rudimentario hasta la era actual de la web 2.0 y las redes sociales apenas han transcurrido unos veinte años. Y, sin embargo, aunque nos parece ya muy cotidiana la acción de acceder al buscador de Google para encontrar una tienda de nuestro interés, información concreta o servicios específicos, un gran número de empresas todavía siguen inmersas en lo que conocemos como transformación digital.
Es cierto que las nuevas startups ya no se conciben a sí mismas sin invertir aunque sea préstamos online rápidos en presencia online, pero las empresas más antiguas, aquellas que ya existían antes del nacimiento de internet, son las que se ven obligadas a esa transformación si quieren sobrevivir. La conversión empresarial de lo tradicional a lo digital es una suerte de ley del más fuerte virtual, una lucha darwiniana por la supervivencia en un marco estrictamente empresarial, en un mercado plagado de competencia y de usuarios que cada vez tienen más control sobre lo que consumen.
Sin embargo, el proceso de digitalización en España sigue siendo una asignatura pendiente debido a numerosas faltas, entre ellas la ausencia de una formación sólida en la cuestión. Además, pocas empresas invierten capital o préstamos online en la conversión por influencia de esa misma falta de formación, ya que muchas personas creen que es necesario emplear grandes cantidades de dinero, cuando no es así.
Es, de hecho, la misma falta de información que lleva a numerosos CEO a pensar que un CM es una persona encargada de aumentar las ventas, cuando su labor es la gestión de comunidades. España tiene que actualizarse.