La necesidad de comprarse un coche

Aunque nuestra sociedad cada año avanza un poco más hacia el modelo de ciudad sostenible, esto es, una ciudad basada en el transporte público y en la peatonalización de centros urbanos, el coche sigue siendo un elemento necesario de nuestro día a día, sobre todo en relación al trabajo. 

¿Tenemos que luchar para que el servicio de trenes, autobuses y metros mejore lo suficiente como para no tener que hacer grandes sacrificios a la hora de llegar a nuestro tiempo de trabajo y volver a casa? Indudablemente. ¿Debemos pelear por una reducción de la jornada laboral que nos permita disponer de más tiempo para usar dicho transporte público, incluso la bicicleta? También.

Pero, mientras luchamos, debemos adaptarnos también a las circunstancias actuales, porque si no el precio puede ser demasiado alto. Dicho de otro modo, nos arriesgamos a perder nuestro trabajo. Algunas personas no están en disposición de perder ofertas de empleo situadas en la periferia de la ciudad o a las afueras, o en pueblos y ciudades cercanos, solo porque no tienen coche. 

Llegados a ese punto, lo más inteligente es comprarse un coche, lo que también puede acarrearnos problemas si no tenemos suficiente dinero para pagarlo. Por suerte, hay varias opciones, empezando por la financiación a plazos. Pero además, lo más práctico es adquirir un coche de segunda mano en buen estado, y para ello siempre podemos invertir préstamos rápidos sin papeleos.

La compra del coche no es el único problema, hay otro que nos puede complicar mucho el transporte diario hacia nuestro lugar de trabajo. Se trata de disponer o no de carnet de conducir. 

Para empezar, cada vez más empresas ponen como requisito mínimo disponer de un carnet de conducir y un vehículo propio, de modo que, queramos o no, en algún momento tendremos que plantearnos emplear créditos sin intereses en la matriculación en la academia y en los posteriores exámenes prácticos, que, si tenemos suerte y lo hacemos bien, puede ser uno. Pero nadie puede garantizar eso.

En resumen, hoy por hoy necesitamos coche si queremos sobrevivir en la sociedad del trabajo asalariado. Más adelante, ya veremos.